lunes, 22 de abril de 2019

CONVERSACIONES EFECTIVAS, NO PEQUEÑAS CHARLAS





Las grandes conversaciones tienen un impacto poderoso, tanto en nuestra vida personal como laboral.

Hoy quiero centrarme en esas conversaciones que tenemos en nuestras organizaciones, ya sea como líderes o como miembros activos de las mismas.
La mayoría de nosotros seguro que  podemos recordar al menos una (tal vez incluso varias) conversaciones que hemos tenido con un gran "jefe". Una conversación que de alguna manera nos cambió algo en nuestro pensamiento, comprensión o comportamiento.

En la gestión de equipos se invierte en comunicación aproximadamente entre un 85 y un 90% del tiempo.
Es por eso que las conversaciones resultan claves para que las cosas sucedan en las empresas.  A través de las conversaciones se generan vínculos de compromiso entre las personas y con ello logramos los resultados deseados.
Destacar que la calidad de los resultados de una empresa depende de la calidad de las conversaciones que mantengan los miembros de la misma.
De lo dicho anteriormente se puede concluir que una de las herramientas más efectivas que tiene un líder son las “conversaciones efectivas”. Pero paradójicamente también es cierto que es uno de los instrumentos menos utilizados, quizás porque las grandes conversaciones  requieren mucho tiempo y también porque las grandes conversaciones no son sólo simples charlas absurdas donde la comunicación es simplemente hablar, hablar... sin llegar a ningún resultado.


¿Qué es una conversación efectiva o de calidad?

La comunicación efectiva es mucho más que un simple intercambio de información. Se trata de comprender la emoción y las intenciones que hay detrás de la información. Además de poder transmitir claramente un mensaje, también se debe escuchar de una manera verdadera y así alcanzar el significado completo de lo que se dice y hacer  que la otra persona se sienta escuchada y entendida.

Resumiendo: dar y recibir feedback, hacer preguntas, generar confianza o resumir, son algunas de las habilidades comunicativas más  apreciadas. No obstante, como se ha dicho anteriormente, la comunicación efectiva no son solo palabras; la comunicación efectiva combina un conjunto de 4 habilidades que pueden ser aprendidas:

 
Si bien estas habilidades  se  aprenden, la comunicación es más efectiva cuando se vuelve espontánea en lugar de mecánica. Cuanto más esfuerzo y práctica pongas, más instintivas y efectivas serán tus habilidades de comunicación.


UNA CONVERSACIÓN DE ALTA CALIDAD NORMALMENTE TIENE TRES ETAPAS:

Cuando queremos  iniciar una conversación efectiva la hemos de preparar partiendo de un sentimiento honesto o una expresión sincera de necesidad (solicitud de ayuda, invitación a participar, etc.).  Esto indica a las otras personas  la importancia de la misma.

Preparar el escenario para una conversación:

Determinar  con quién se va a hablar
Elegir el momento y el lugar oportuno
Determinar el tema sobre el que se va a hablar


Las conversaciones efectivas a menudo siguen un camino natural de divergencias / convergencias que va más o menos así:



Reflexiona un momento

¿Cuáles son tus conversaciones pendientes? ¿Con quién no tuviste conversaciones?

Piensa en las personas de tu equipo y repasa  con qué  frecuencia te sientas con ellos y tienes una conversación poderosa.

¿Por qué crees que no tuviste conversaciones con esas personas exactamente?

A menudo, nuestra respuesta más inmediata es... "No he tenido tiempo" o "No estaban en ese momento, no estaban disponibles"... etc. A mí me suena a excusas.  ¿Y a ti? ...
Cuando analizamos esta pregunta más a fondo, a menudo nos damos cuenta de que hay algunas personas con las que tenemos una tendencia a evitar tener conversaciones reales. Puede haber muchas razones para esto, simplemente porque no nos caen bien, o porque en otras ocasiones han terminado de forma negativa, o porque sabemos que hay  desacuerdos que no queremos que resurjan.

Otras veces asumimos que no  estamos teniendo conversaciones  porque creemos  que no es necesario. "Saben dónde encontrarme”, “son profesionales y ya  me dirán si me necesitan", etc.
Cualquiera que sea la razón para evitarlo, estas conversaciones pendientes deberían ser como “una gran bandera roja” que ondea frente a ti y te dice que es necesario resolver algo.

¿Con quién estás hablando?¿Qué conversaciones de calidad has tenido y con quién?

Tómate un momento y piensa en la semana que ha pasado. Con quién hablaste más allá de un“¿Cómo estás?” O “¿Viste el partido ayer?”, ¿Cómo va? etc.

¿Con qué frecuencia estás teniendo conversaciones de calidad?
¿Estás contento con esta frecuencia?
¿Qué crees que pasaría si incrementaras la frecuencia para todos o algunos de ellos?

 “No hay nada más difícil que conseguir la confianza sin arrogancia. Generar una conversación entre iguales es el arte supremo.”
Theodore Zeldin




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