Las grandes conversaciones tienen un impacto
poderoso, tanto en nuestra vida personal como laboral.
Hoy quiero centrarme en esas conversaciones que tenemos en nuestras
organizaciones, ya sea como líderes o como miembros activos de las mismas.
La mayoría de nosotros seguro que
podemos recordar al menos una (tal vez incluso varias) conversaciones
que hemos tenido con un gran "jefe". Una conversación que de alguna
manera nos cambió algo en nuestro pensamiento, comprensión o comportamiento.
En la gestión de equipos se invierte en
comunicación aproximadamente entre un 85 y un 90% del tiempo.
Es por eso que las conversaciones resultan claves para que las cosas
sucedan en las empresas. A través de las
conversaciones se generan vínculos de compromiso entre las personas y con ello
logramos los resultados deseados.
Destacar que la calidad de los resultados de una empresa depende de la
calidad de las conversaciones que mantengan los miembros de la misma.
De lo dicho anteriormente se puede concluir que una de las
herramientas más efectivas que tiene un líder son las “conversaciones efectivas”. Pero paradójicamente también
es cierto que es uno de los instrumentos menos utilizados, quizás porque las
grandes conversaciones requieren mucho
tiempo y también porque las grandes conversaciones no son sólo simples charlas absurdas
donde la comunicación es simplemente hablar, hablar... sin llegar a ningún
resultado.
¿Qué es una conversación efectiva
o de calidad?
La comunicación efectiva es mucho más que un simple intercambio de
información. Se trata de comprender la emoción y las intenciones que hay detrás
de la información. Además de poder transmitir claramente un mensaje, también se
debe escuchar de una manera verdadera y así alcanzar el significado completo de
lo que se dice y hacer que la otra
persona se sienta escuchada y entendida.
Resumiendo: dar y recibir feedback, hacer preguntas, generar confianza
o resumir, son algunas de las habilidades comunicativas más apreciadas. No obstante, como se ha dicho
anteriormente, la comunicación efectiva no son solo palabras; la comunicación
efectiva combina un conjunto de 4 habilidades que pueden ser aprendidas:
Si bien estas habilidades se aprenden, la comunicación es más efectiva
cuando se vuelve espontánea en lugar de mecánica. Cuanto más esfuerzo y
práctica pongas, más instintivas y efectivas serán tus habilidades de
comunicación.
UNA CONVERSACIÓN DE ALTA
CALIDAD NORMALMENTE TIENE TRES ETAPAS:
Cuando queremos iniciar una
conversación efectiva la hemos de preparar partiendo de un sentimiento honesto
o una expresión sincera de necesidad (solicitud de ayuda, invitación a
participar, etc.). Esto indica a las
otras personas la importancia de la misma.
Preparar el escenario para una conversación:
Determinar con quién se va a hablar
Elegir el momento y el lugar
oportuno
Determinar el tema sobre el que se
va a hablar
Las conversaciones efectivas a menudo siguen un camino natural de
divergencias / convergencias que va más o menos así:
Reflexiona un momento
¿Cuáles son tus conversaciones pendientes?
¿Con quién no tuviste conversaciones?
Piensa en las personas de tu equipo y repasa con qué
frecuencia te sientas con ellos y tienes una conversación poderosa.
¿Por qué crees que no tuviste
conversaciones con esas personas exactamente?
A menudo, nuestra respuesta más inmediata es... "No he tenido tiempo" o "No estaban en ese momento, no
estaban disponibles"... etc. A mí me suena a excusas. ¿Y a ti? ...
Cuando analizamos esta pregunta más a fondo, a menudo nos damos cuenta
de que hay algunas personas con las que tenemos una tendencia a evitar tener
conversaciones reales. Puede haber muchas razones para esto, simplemente porque no nos caen bien, o
porque en otras ocasiones han terminado de forma negativa, o porque sabemos que
hay desacuerdos que no queremos que
resurjan.
Otras veces asumimos que no
estamos teniendo conversaciones porque creemos que no es necesario. "Saben dónde encontrarme”, “son profesionales y ya me dirán si me necesitan", etc.
Cualquiera que sea la razón para evitarlo, estas conversaciones
pendientes deberían ser como “una gran bandera roja” que ondea frente a ti y te
dice que es necesario resolver algo.
¿Con quién estás hablando?¿Qué
conversaciones de calidad has tenido y con quién?
Tómate un momento y piensa en la semana que ha pasado. Con quién
hablaste más allá de un“¿Cómo estás?” O
“¿Viste el partido ayer?”, ¿Cómo va? etc.
¿Con qué frecuencia estás
teniendo conversaciones de calidad?
¿Estás contento con esta frecuencia?
¿Qué crees que pasaría si incrementaras la frecuencia para todos o
algunos de ellos?
“No hay nada más difícil que conseguir la
confianza sin arrogancia. Generar una conversación entre iguales es el arte
supremo.”
Theodore Zeldin
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