En el ámbito sanitario, la comunicación con una inteligencia artificial y con una persona tienen diferencias esenciales. La IA es una herramienta poderosa: es clara, rápida y basada en datos, pero no interpreta emociones ni tiene juicio ético personal. En cambio, las personas entienden gestos, tonos y contextos emocionales, combinan su conocimiento técnico con intuición y valores, y ofrecen una empatía genuina.
Por eso, la IA no puede reemplazar la sensibilidad humana en
la salud. Lo ideal es aprovechar la IA para mejorar la eficiencia y reservar el
cuidado y acompañamiento para las personas.
¿Tú qué opinas? ¿Cómo crees que debe ser el equilibrio entre
IA y humanos en la sanidad?
#ComunicaciónSalud #InteligenciaArtificial #Empatía
#CuidadoHumano


Comentarios
Publicar un comentario