miércoles, 8 de noviembre de 2017

LA FÁBULA DEL INGENIERO Y EL TORNILLO

Interesante fábula que pone de manifiesto una de las situaciones que viven muchos profesionales que trabajan brindando servicios y la lección que puede enseñar a muchos y futuros profesionales para que hagan valer sus conocimientos.
“Había una vez un ingeniero que fue llamado a arreglar una computadora de la que dependía gran parte del proceso productivo de una importante fábrica.
Sentado frente a la pantalla, oprimió unas cuantas teclas, asintió con la cabeza, murmuró algo para sí mismo y apagó el aparato.
Procedió a sacar un pequeño destornillador de su bolsillo y dio vuelta y media a un minúsculo tornillo.
Entonces encendió de nuevo la computadora y comprobó que estaba trabajando perfectamente.
El presidente de la compañía se mostró encantado y se ofreció a pagar la cuenta en el acto.
” ¿Cuánto le debo? “-preguntó.
 “Son mil euros, si me hace el favor.”
 “¿Mil euros? ¿Mil euros por unos momentos de trabajo? ¿Mil euros por apretar un simple tornillito?
¡Ya sé que mi computadora es una parte fundamental de mi proceso productivo, pero mil euros es una cantidad disparatada!
La pagaré sólo si me manda una factura perfectamente detallada que la justifique.”
El ingeniero asintió con la cabeza y se fue.
A la mañana siguiente, el presidente recibió la factura, la leyó con cuidado, sacudió la cabeza procedió a pagarla en el acto.
La factura decía:
Detalle de servicios prestados
1. Apretar un tornillo……….. ….….….….… 1 euro
2. Saber qué tornillo apretar………….. ….. 999 euros


Aunque se refiera a profesionales que prestan sus servicios externamente, y que casi siempre oyen estas  preguntas: ¿qué cara es la hora no? ¿Todo esto por dos horas de trabajo? ¿A cuánto me vas a cobrar la hora?... Creo que también se puede aplicar a los profesionales de enfermería  que están contratados en una organización ya sea privada o pública, ya que hay gerentes y directivos que se comportan como este presidente, ¿no es cierto?... Y que aún preguntan:  ¿esto no lo podrían hacer otros profesionales?,  ¿estamos pagando por esto?... etc,etc,.

¿Qué lecciones podríamos aprender de esta historia?
Que hemos de saber transmitir el valor que aporta nuestro desempeño
Que hemos de hacer valer nuestros conocimientos (nacemos de una carrera universitaria, ¿NO?)
Que formarnos  nos tomó varios años y mucho dinero y por eso hay que conseguir que  otros profesionales  y la sociedad nos valoren por nuestras capacidades.
El valor añadido que se obtiene por contar con nosotros y no con otros profesionales
Que hay que estar en un estado permanente de formación ya que cuantas más herramientas tengamos, más fácil es saber qué "tornillo tienes que apretar" en relación a nuestro desempeño.

Como moraleja, en general podríamos decir que se paga por lo que se sabe, no por lo que se hace.


 EMPECEMOS A SABER SI NOS PAGAN  POR LO QUE SABEMOS, O POR LO QUE HACEMOS

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