domingo, 24 de septiembre de 2017

El valor de la responsabilidad

RESPONSABILIDAD HACIA UNO MISMO

Dice el proverbio: “Si no lo hago yo por mí, ¿quién lo hará?” 

En efecto, hay muchas situaciones en las que asumir ciertas responsabilidades nos compete solamente a nosotros y sus resultados negativos o positivos recaen solamente en nuestra persona. En cambio hay otras en las que las consecuencias afectan también a quienes comparten nuestra actividad laboral.

Precisamente en eso estriba la importancia de cumplir con las responsabilidades asumidas con el equipo.

Os dejo está reflexión  para analizar la importancia de la división de tareas entre los miembros del equipo y el  establecimiento de responsabilidades individuales, con el fin de  poder llevar a cabo un trabajo en forma eficiente y asegurar  el cumplimiento de los objetivos marcados en el equipo


Había una vez...

Un equipo que tenía cuatro miembros, quienes se llamaban Todo el Mundo, Alguien, Cualquiera y Nadie.
Había un trabajo importante por hacer.
Todo el Mundo estaba seguro de que Alguien lo haría.
Cualquiera podría haberlo hecho, pero al final Nadie lo hizo.
Alguien se molestó ante este hecho, pues era un deber de Todo el Mundo. Todos pensaron que Cualquiera podía hacerlo, pero Nadie comprendió que al final Todo el Mundo no lo haría.
En conclusión, Todo el Mundo culpó a Alguien cuando Nadie hizo lo que Cualquiera podía haber hecho.


 Graham Gibbs,  “Learning in Teams”    (“Aprendiendo en equipos”