La palabra proviene del inglés, y se compone del verbo to feed, que
significa ‘alimentar’, y back, que traduce en español ‘atrás’ o ‘retorno’. Su
traducción puede ser ‘realimentación’ o ‘retroalimentación’. Podemos utilizarla
como sinónimo de respuesta o reacción.
En el
proceso comunicativo, es toda respuesta o reacción relevante que el receptor
envía al emisor de un mensaje, y que sirve a este último para:
Asegurar que el mensaje cumplió su
intención comunicativa, y para que el emisor pueda variar, reconfigurar o
adaptar el mensaje al receptor
según la respuesta
que vaya obteniendo de éste.
El receptor
completa el proceso de comunicación con el feedback, es decir, la respuesta o
reacción del receptor al mensaje enviado.
El feedback,
sea negativo o positivo, es una herramienta de suma importancia en las
organizaciones tanto para los empleados como para los gerentes, ya que permite
mejorar diferentes aspectos del comportamiento organizacional.
Es la acción
de opinar, evaluar y considerar el desempeño de una persona o grupo de personas
en la realización de un trabajo o tarea. Como tal, es una acción que revela las
fortalezas y debilidades, los puntos positivos y negativos de la labor
realizada con el fin de corregirla, modificarla o mejorarla.
El feedback
es fundamental en el crecimiento profesional o personal de cualquier empleado;
le permite mejorar y detectar sus puntos fuertes.
Hoy daremos unas ideas de Cómo abordar el
feedback negativo.
Nadie es
perfecto, y todos hemos recibido feedback negativo en algún momento de nuestra trayectoria personal y profesional.
El feedback
negativo es inevitable si lideras un equipo.
El principal
objetivo del feedback negativo ha de ser mejorar.
Recibir
el “feedback negativo” de los empleados
puede convertirse en oportunidad.
¿Qué hacer al recibir feedback negativo?
Antes de
discrepar, entiende.
Cambia la
idea que se tiene sobre las quejas o críticas.
Aprende a
recibir feedback mediante escucha activa y procesando la información que recibes.
Pierde el
miedo a responder. No te quedes callado.
Siempre hay que contestar con cercanía y honestidad, aunque se trate de un tema
incómodo.
Si es
posible date tiempo, párate a pensar antes de responder.
Mantén la cabeza
fría para identificar los comentarios que no aportan nada. Sé amable, pero
firme.
Debes
afrontar ese momento con la delicadeza y empatía necesarias; pensando, además,
en qué persona te brinda el feedback.
Aprende a
aprender de las críticas.
No le des
demasiadas vueltas. Los comentarios negativos se alimentan de nuestras
inseguridades personales.
Los
beneficios de mantener un clima de comunicación constante y transparente son
innegables.
Recuerda que
estás ante una oportunidad de mejorar, por lo que debes prestar atención y
entender exactamente cuál es el problema.
El feedback
te da poder, ya que conocer tus debilidades es el primer paso para eliminarlos.
Las
principales claves para tener una comunicación productiva con los componentes
del equipo son la transparencia y la
honestidad.
¿Crees que
das y recibes suficiente feedback?
¿En tu
organización hay cultura de comunicación honesta?
¿Te sirve de
algo?, ¿Ves mejoras?
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